No sentía mi cuerpo, abrí los ojos; charcos en la carretera, y el reflejo de las luces rojas y amarillas parpadeaban en mi cabeza como si estuviéramos en una feria. Un río de sangre me impregno todo el lateral de la cara. Intente moverme, pero me era imposible. Levante la vista y vi. una bolsa plateada. Eso me hizo volver a la realidad, llenándome los ojos de lágrimas.
Había quitado la vida a una persona. Nunca me lo perdonaría.
Lloraba tirado en el asfalto, mientras los servicios de urgencia me decían, tranquilo, todo va bien! Este esta vivo!
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